EL CLUB DE GOLF DE PUNTA DE LAS CARRETAS

                                                                                                                                                                                         Muchísimos años de deporte y belleza 

 

El golf es uno de los deportes más sanos y más atractivos que pueda imaginarse. Ejercicio para las piernas, los brazos y también para la mente. No se requiere gran esfuerzo y por eso aun las personas de edad siguen practicándolo. El golf ha sido difundido por los ingleses y en todos aquellos lugares donde existe una colonia inglesa, también se verán campos de práctica de este deporte. Uruguay no ha sido ajeno a esta realidad. Desde las Islas Británicas, además del football, nos llegó el golf.

Este deporte ha sido clave para el desarrollo de investigaciones en gramíneas para césped, dadas las estrictas condiciones que deben cumplir las especies seleccionadas, sobre todo para los "greens" de las canchas. Las Universidades agrarias de los principales países suelen tener un Departamento relacionado con el césped, donde se ensayan variedades, tolerancia al pisoteo, a cortes frecuentes, resistencia al calor, frío y sequía, a enfermedades, resistencia al rodado de la pelota, etc.

Allister Mackenzie diseñó el Club de Golf de Fray Bentos, el primero del Uruguay, cuando decenas de ingleses habitaban el Barrio Anglo, por la pujante actividad del Frigorífico Anglo en esa época.

El Club de Golf del Cerro, cuyo primer nombre fue Chimont (Chicago-Montevideo) por el origen de sus fundadores, estuvo asociado a la instalación del Frigorífico Swift. Por el año 1905 construye su Club House, con materiales traídos de los Estados Unidos y además de la magnífica casona, cuenta con una vista espectacular hacia la cancha y el Río de la Plata. Los grandes desniveles del terreno llaman la atención y son preferidos por muchos golfistas.

El club fundado en Montevideo, en la zona de Punta de las Carretas, en un principio se llamó “Uruguay Golf Club” pero de a poco cambió su nombre por el de “Club de Golf del Uruguay” por considerarse el mismo más adecuado a nuestra lengua.

El 24 de mayo de 1922 el Consejo de Administración Departamental de Montevideo dictó la resolución por la cual se encargó a la Asociación Uruguaya de Golf (Uruguay Golf Club), la conservación de las canchas construidas en Punta Carretas para el fomento del turismo en los hoteles municipales. Los huéspedes de los Hoteles Municipales tendrían derecho al juego como cualquier otro socio, mediante el pago de la cuota y de acuerdo al reglamento de la cancha.

Hace ya más de ochenta años que se fundó entonces el club de mayor importancia y trayectoria, de donde han salido la mayoría de los jugadores que han representado al Uruguay a nivel internacional desde hace muchos años. Su diseñador, también Allister Mackenzie, considerado es esa época el mejor diseñador de campos de golf de todo el mundo, aseguró que la cancha sería "una esmeralda engarzada en la ciudad". 

El Club de Golf del Uruguay (CGU) posee una cancha de 18 hoyos, lindera al Parque Rodó, muy ventosa y arbolada, en un marco incomparable junto al mar, y una imperdible vista de la ciudad. Está solo a 10 minutos del centro de Montevideo, siendo de acceso muy sencillo circulando por la rambla costanera y luego por Julio María Sosa y Bulevar Artigas, hasta el portón de entrada.

El coqueto Club House, con un muy prolijo enjardinado, en el que no falta un césped verde muy bien cuidado, nos recibe a la entrada.

                         

 

           

 

           

 

  El "putting green", que consta de varios hoyos para realizar prácticas, mantiene un impecable tapiz bajo. Aquí, como en todos los "greens" del campo, la especie utilizada es Agrostis estolonifera variedad Penncross. Con una altura de corte de alrededor de medio centímetro, la misma ha demostrado ser una de las mejores opciones a nivel mundial.

 

                    

 

       

 

  La arboleda del extendido predio se compone en su gran mayoría de especies de follaje persistente: pinos, eucaliptus, cipreses, casuarinas. En nuestro clima se puede practicar el deporte todo el año, por lo que la persistencia de los follajes es necesaria para separar las canchas de forma efectiva. Las cortinas arbóreas previenen de impactos de las pelotas que se desvían de una correcta trayectoria, y delimitan las diferentes calles ("fairways"). 

 La "casuarina colgante", Allocasuarina verticillata (Casuarina equisetifolia) muestra una magnífica floración de color amarillo. 

 

                                  

 

  En nuestra visita otoñal, los "greens" se encontraban recién "aereados" y se había efectuado el "arenado" correspondiente. Explicaremos la función de ambas prácticas al final de la nota. 

                                    

 

                                        

 

 Imperdible la vista de la Rambla montevideana, comenzando por la Playa Ramírez y el viejo Edificio del Parque Hotel (hoy sede administrativa del Mercosur), y luego los barrios Palermo y Sur. Las lavandas lucen de gran forma con un telón de fondo tan vistoso. 

 

         

 

                   

 

                 

 

 Un lago con una profundidad máxima de cuatro metros y un potente sistema de bombeo, abastecen las necesidades de agua del predio. El corte bajo del césped lo hace menos resistente al déficit hídrico, por lo que merece una atención especial.

 

       

 

                                     

 

  En otoño, el "oxiacanto", Crataegus laevigata, exhibe su vistosa fructificación, y el "roble de los pantanos", Quercus palustris, comienza a tomar un colorido rojizo.

 

               

 

           

 

    El riego de las canchas es una tarea constante, y se realiza aún en otoños e inviernos secos. En verano, los "greens" reciben agua varias veces al día.

 

                   

 

  Eleagnos, juníperos, pinos, y nuestra singular anacahuita se presentan como ejemplares aislados, destacándose su silueta.

 

                 

 

               

 

  El Club, que salvo excepciones abre sus puertas al público en general los domingos de tarde, permite apreciar las diferentes especies de cipreses que se cultivan en nuestro país.

 

         

 

  Aquí tanto la vida vegetal como la animal son respetadas, y los teros anidan en la extendida superficie verde. Nos indican que es un lugar privilegiado para la observación de aves. 

 

                        

 

             

 

   En el tramo final de la visita, el galpón de maquinaria asombra por la cantidad y calidad de implementos que se utilizan en las diferentes tareas. Sorprenden en particular las "aereadoras" y las cortadoras de cuchillas helicoidales.

 

            

 

                                    

 

  Es muy importante también la cantidad de productos que se necesitan para mantener al césped en óptimas condiciones, creciendo en forma vigorosa y libre de enfermedades y plagas. Los problemas sanitarios en coníferas también requieren atención especial.

 

                           

    

  En los campos de golf debe existir un vivero de césped para reparación y renovación del tapiz. La instalación del mismo requiere de afinados conocimientos técnicos y mucho trabajo.   

 

        

 

  La construcción de un "green" es una tarea apasionante, donde la nivelación del terreno y las pendientes deben de ser rigurosamente respetadas. Sobre base de arena, las raíces crecerán vigorosamente, aunque por otro lado aumentarán las exigencias de fertilización y riego. Un borde de nylon grueso evitará la invasión de la agresiva "gramilla brava", Cynodon dactylon.

 

                                  

 

                     

 

        

 

  Y para evitar la compactación excesiva, favorecer el drenaje y el ingreso de nutrientes, la "aerificación" es imprescindible. La misma se traducirá en una mejora sustancial del césped. Es posible apreciar pequeños cilindros de arena, extraídos por la máquina. El "arenado" rellena los huecos que quedan luego de efectuar la práctica.

 

          

 

  Y el resultado es visible: superficies perfectas, para que la pelota ruede sin contratiempos, hasta que desaparezca en el hoyo, y el golfista concluya de esa manera su difícil pero reconfortante tarea. 

 

      

 

                                            

       

     ©jardinenuruguay.com   2011         

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20 veces Campeona nacional uruguaya, 14 veces Campeona nacional argentina, ganadora del "abierto" de los EEUU en 1955 y de varios "Major" en el país del norte hasta 1960. ¿Uruguaya? Sí, hablar de la historia del golf en Uruguay no es posible sin hacer referencia a Fay Crocker (1914-1983), nuestra gran campeona.

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  Agradecimientos.   

  A las autoridades y Secretaría de la Institución, por autorizar la visita.

   A la responsable del departamento de Desarrollo Humano, Sra. Perla Kosút.

  Al personal de campo y especialmente al funcionario de campo Sr. Javier Silva y al segundo encargado del predio, Sr. Marino Puga, por acompañarnos durante el trayecto, explicándonos todo lo relacionado con la instalación de las canchas y su mantenimiento.                                 

  A quienes gentilmente nos cedieron imágenes: Adriana Fernández, Javier Silva, Jacqueline Trecu, Ing. Agr. Maitinia Bado. Las imágenes fueron captadas entre la primavera del 2009 y el otoño del 2011.

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