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AYER ESTUVIMOS

EL PARQUE RODÓ DE MONTEVIDEO

                                                                                                                                                                                    Para disfrutar todo el año

 

En el lejano 1889, la Junta Económico Administrativa de la ciudad de Montevideo, crea la "Dirección de Paseos". En el mismo año, se encarga al paisajista francés Edouard André el proyecto denominado "Plan de Embellecimiento y Ensanche de Montevideo". En 1898, el Estado traspasa al Municipio terrenos propiedad del liquidado Banco Nacional, para la instalación de lo que se llamaría en aquel entonces Parque Urbano. En 1911, se expropian terrenos para la ampliación del mismo.

Paisajistas como Ernesto y Carlos Racine, Carlos Thays y el mencionado André, ocupan cargos jerárquicos en la Dirección de Paseos, y son los gestores del trazado y diseño original de los principales parques, plazas y canteros centrales de avenidas de nuestra ciudad. Utilizan el modelo del Plan de Hausmann para París, que incluye no solo la creación de los parques, sino también la vinculación entre ellos. Es un verdadero sistema de espacios verdes públicos, donde predomina el estilo ingles, apaisado, en los parques, pero los corredores que los vinculan son bulevares parquizados y los rond-point distribuidores, en donde predomina la simetría del paisajismo francés.

El concepto de democratización del espacio verde, con una cabal comprensión de las necesidades de esparcimiento, prima en todas estas creaciones. La naturaleza se domestica, modela y está disponible para el disfrute del público. Quizás en la búsqueda de una correlación, el Parque Urbano podría compararse al Bois de Vincennes, al estar planeado para ser de fácil acceso por parte de los barrios obreros. Quizás sea el más popular de todos los parques montevideanos, aunque para eso han contribuido, además de su ubicación, otros aditivos que intentaremos describir en estas páginas. Tal vez una de las características que lo hace único, es la de tener como vecina a la costa, y a una hermosa playa como lo es la Ramírez.

Los trabajos preliminares comenzaron en base a un bosquejo de José Requena y García, Director de Parques y Jardines, y delineación del Ing. José María Montero y Paullier, de la misma dependencia. Un lago creado a partir de la domesticación de una cañada fue el punto de partida. En 1911, Carlos Thays es encargado del proyecto de ensanche, y Carlos Racine designado responsable de la ejecución del mismo. En junio de 1917, el parque recibe su nombre definitivo, en honor a José Enrique Rodó, fallecido en Italia. Cuenta con una superficie de casi 43 Hectáreas. 

El Parque Rodó comprende un área en la que ocurren las más variadas manifestaciones relacionadas con el arte, la evocación de personalidades literarias y filosóficas, el deporte, la recreación de mayores y niños, la música. Se podría afirmar que están presentes en su entorno, manifestaciones de las dos culturas, elitista y popular (o habitual, como también se la ha denominado). La encumbrada prosa y la trayectoria pública del maestro Rodó aparece como el opuesto de la bohemia y las obras tantas veces llevadas a las tablas del gran Florencio Sánchez. Sin embargo, el límite entre ambas culturas suele ser difuso, y todos llevamos en el fondo parte de ambas. Como añadidura, están las llamadas pasiones populares, también representadas en el espacio del parque, como lo son el fútbol y el carnaval, sin duda también manifestaciones de la cultura.

De cualquier manera, a la hora de encarar la redacción de un tema tan difícil y caro como éste -qué montevideano no guarda vivencias preciadas de su niñez vinculadas a este parque- tuvimos que establecer ciertas divisiones, además de plantear tres entregas, dada la extensión prevista. El trazado de la Avenida Sarmiento hasta su intersección con la Rambla, permite realizar una división temática imaginaria: a la derecha, el homenaje a la llamada generación del 900, a través de excepcionales monumentos rodeados de una vegetación añosa, el Pabellón de la música. el Museo de Artes Visuales. Ese será el motivo de ésta, nuestra primera nota, y lo titularemos Lo sagrado.

Dedicaremos la segunda entrega al espacio recreativo a la izquierda de la línea utilizada como referencia. Difícil será conciliar en el escrito las referencias a la vegetación con el alocado entorno del gusano loco, la rueda gigante y los autos chocadores, pero intentaremos hacerlo bajo el título de Lo profano.

Finalmente, realizaremos la visita a las canteras del Parque Rodó, con su particular vegetación y su lago. Desde las alturas, observaremos el Estadio Luis Franzini y el remozado Teatro de Verano, y con el título de La pasión popular para la última nota, intentaremos, no sin dificultades, relacionar fútbol y carnaval con el maravilloso mundo vegetal.          

Sepan nuestros queridos visitantes, dada la extensión de los temas, tener paciencia a la hora de apertura de los archivos, ya que la misma puede demorar un tiempo prudencial.

Tengan en cuenta además que las imágenes requirieron un prolongado trabajo de adecuación mediante Photoshop™. El vandalismo, la depredación, los residuos en el piso, manifestaciones tan opuestas a la riqueza cultural que nos ofrece el parque, nos provocan una gran pena.

Este modesto redactor, conocedor de la vida vegetal y amante de los paisajes, y solamente un aficionado en otros temas, es un heredero de aquellos que habitaban Montevideo cuando la cultura alcanzaba sus mejores expresiones. Tiempos en que en muchos hogares se leía y hablaba también en francés, tiempos de la tacita de plata, la Suiza de América, de los teatros sobre la 18 de Julio. Por lo tanto, sepan comprender si durante el relato aparece la emoción como invitada. Difícil que no sea así, porque además quien escribe vivió sus primeros veinticinco años junto al parque. 

 

PRIMERA PARTE

LO SAGRADO: El homenaje a la generación del 900

 

Es indiscutible su influencia sobre la cultura uruguaya de fines del siglo XIX y comienzos de siglo XX: José Enrique Rodó, Florencio Sánchez, Mª Eugenia Vaz Ferreira, Delmira Agustini, Julio Herrera y Reissig, Horacio Quiroga, Eduardo Acevedo Díaz, Carlos Reyles, Javier de Viana, entre otros tantos. 

Muchas fueron las páginas dedicadas a esa generación, aquí y en el extranjero, que, según los entendidos, definió nuestra identidad como nación.

El 22 junio de 2000 se lanza por parte del Correo uruguayo, un sello conmemorativo en homenaje a la llamada "generación del 900", siendo el responsable del dibujo Eduardo Salgado. Sentada en un banco como los que todavía están en el parque, la dama disfruta de la lectura. Al fondo, el lago y el clásico castillo. Sin duda un entorno ideal, el Parque Rodó se caracterizó por ser el lugar de encuentro de escritores, artistas. 

 

 

En ese tan vacío Patio Andaluz de ahora, se reunían hace ya unas cuantas décadas todos aquellos escritores, periodistas y poetas, quienes leyendo y debatiendo, en jornadas interminables, lograron que la cultura literaria alcanzara su máxima expresión. Quizás no abandonó aún el lugar el espíritu de Don Vicente Salaberry, dedicándole uno más de sus comentarios siempre elogiosos al gran Florencio, y, en su visión más que acertada, descubriendo nada menos que a quien fuera nuestra Juana, a la postre Juana de América.

Los azulejos fueron pintados a mano en origen. Una de las más vistosas alineaciones de palmeras fénix (Phoenix canariensis) que conocemos, se puede observar desde el patio, en el sendero que lo comunica con el lago. Hacia el suroeste, sobre un fondo verde oscuro, se recorta la silueta del tal vez mayor ejemplar de draco o drago de las Canarias o sangre de drago, Dracaena draco, de nuestro país. A determinada altura, sus tallos se bifurcan una y otra vez.

 

   

 

   

 

La vegetación del cantero donde se emplaza el monumento del autor de Barranca abajo, M'hijo el dotor, La Gringa, En Familia, entre otros, está compuesta en su mayoría por palmeras pindó. El escultor fue Luis Cantú, y la obra fue inaugurada en enero de 1937. Su ubicación actual es en la intersección de las calles Sarmiento y Requena García, con orientación suroeste. Anteriormente, previo a la prolongación de la primera de las dos mencionadas, miraba hacia el este.

                                  ...Soy Canillita, gran personaje,                                                              ... Muy mal considerado

                                     con poca guita y muy mal traje;                                                               por mucha gente   

                                     sigo travieso, desfachatado,                                                                    soy bueno, soy honrado 

                                     chusco y travieso, gran descarado;                                                           no soy pillete

                                     soy embustero, soy vivaracho,                                                                 y para un diario

                                     y aunque cuentero no mal muchacho...                                                    soy un elemento

                                                                                                                                                muy necesario.

                                                                                       Florencio Sánchez  De: "Canillita"

 

            

 

Unos metros al suroeste, en un amplio espacio sobre la Avda. Requena García, se encuentra el monumento a José Enrique Rodó, obra de José Belloni, inaugurado en febrero de 1947. En la parte superior, la figura de Ariel emergiendo de la piedra, por debajo de ella el busto de Rodó. Motivos de Proteo y El Mirador de Próspero son también obras memorables del maestro. En las alas se aprecian figuras e inscripciones en letras de bronce como "A un gran amor no hay recuerdo que no se asocie" y "No hay límite donde acabe para el hombre fuerte el incentivo de la acción", las que pueden faltar debido a la depredación.

Un magnífico pino de las Canarias, palmeras Washingtonia y Phoenix, importantes magnolias norteamericanas. un ibirapitá y un timbó son los ejemplares más destacados. Un añejo libocedro ha debido ser sustituído recientemente por un ejemplar joven del mismo género. La gran tormenta del 23 de agosto del 2005 arrancó de raíz muchísimos ejemplares del parque. Lo mismo pasó con el libocedro ubicado próximo al club Defensor-Sporting, sobre la Avda. 21 de Setiembre.

Una hilera de ciruelos de jardín contrasta su colorido con el del granito gris del monumento y el telón de fondo del ibirapitá, entre otros.

 

                 

 

 

"...sus ojos húmedos se detuvieron en una flor muy blanca y pomposa, que a la orilla de un cantero cercano, meciéndose en la rama que más se adelantaba, parecía rehuir la compañía de las hojas, en espera de una mano atrevida. El niño se dirigió, sonriendo, a la flor; pugnó por alcanzar hasta ella; y aprisionándola, con la complicidad del viento que hizo abatirse por un instante la rama, cuando la hubo hecho suya la colocó graciosamente en la copa de cristal..."

José Enrique Rodó    De:  "Mirando jugar a un niño"

 

 

 

 

En el año 1930 la colonia alemana construyó el Pabellón de la Música, que rinde homenaje a Beethoven, Mozart, Bach y Wagner. Se ubica a un costado del lago, y durante los veranos sirvió como escenario para orquestas y grupos de cámara. A su costado, álamos de la Carolina de gran tamaño proveen de sombra a la explanada.

 

           

 

El gran lago artificial, con casi treinta mil metros cúbicos de capacidad, tiene varias islas, pobladas sobre todo por palmeras fénix (Phoenix canariensis), y también por ejemplares de ciprés calvo, Taxodium distichum. En una de las islas, se puede apreciar el Narciso, obra de Federico Moller de Berg, representando una figura masculina admirando su imagen que se refleja en el agua.

 

           

 

Tal vez los ejemplares más conocidos por el público, además de las fénix, sean las palmeras Washingtonia robusta, en una magnífica alineación, y el añejo ceibo sobre la Avda. Julio Herrera y Reissig, que ha debido ser mantenido firme mediante gruesos cables, evitando así que se desplomara sobre el lago.

 

         

 

Es en ese sector del lago, vecino a la tradicional feria que tiene lugar allí los domingos, donde se puede apreciar vegetación acuática, como cucharones (Echinodorus grandiflorus) y los tan vistosos camalotes (Eichornia crassipes) que cubren vastos sectores de azul. 

 

         

 

Los Agapanthus aportan una interesante nota de color hacia fin de año, y el sauce criollo (Salix humboldtiana) refleja su silueta en el agua. Ese magnífico duplicado de formas, texturas y colores, se puede apreciar desde las orillas o desde uno de los botes a pedal que permiten disfrutar al máximo el extendido lago.

 

         

 

El tradicional Castillo fue construido a principios del siglo XX. Desde 1935 funciona allí la Biblioteca Infantil "María Stagnero de Munar", en homenaje a la precursora de los institutos docentes femeninos en nuestro país. Recostado a la pared que mira hacia el norte, se encuentra el monumento a Guillermo Tell, obra de José Belloni, inaugurado en 1931. Luce la leyenda "Guillermo Tell -Símbolo de Libertad- Homenaje de la Colectividad Suiza al Uruguay en el Primer Centenario de su Independencia 1830-1930". Una imponente hiedra (Hedera helix) trepa a gran altura y sirve de telón de fondo al monumento. Añejos cipreses calvos se ubican en la isla vecina a la torre.

 

         

 

         

 

El Museo Nacional de Artes Plásticas y Visuales se ubica en la intersección de las avenidas Tomás Giribaldi y Julio Herrera y Reissig (antes Samayúa), accediéndose al mismo por esta última. En él se exhiben obras de artistas nacionales y alberga por tiempos breves exposiciones itinerantes que llegan del extranjero. La vegetación consiste en jacarandás, ibirapitá, laurel-rosa, cipreses, palo borracho, pero, por sobre todo, se destacan las dos alineaciones de corona de novia (Spiraea cantoniensis) que se encuentran en su esplendor en el mes de setiembre. El monumento "Constructivo o Cósmico" del artista uruguayo Joaquín Torres García, en granito rosado, está emplazado actualmente en el predio que ocupa el Museo.

 

         

 

 

            "... juega el viento perfumado 

            con los pétalos que arranca

            una partida muy blanca 

            de un ajedrez perfumado..." 

    

      Julio Herrera y Reissig   De: "Desolación absurda"

 

 

A pocos metros del Museo, sobre cantero central de la Avda. Giribaldi, se halla el bronce de Antonio Pena, "El Labrador". En ese mismo cantero, y próximo al Bulevar Artigas, se pueden apreciar importantes ejemplares de palmito europeo (Chamaerops humilis). Es muy importante a unos pocos metros de allí, a la entrada del Parque Infantil, el homenaje al Gral. José Artigas por parte de la colectividad libanesa del Uruguay, obra de Severino Pose, inaugurada en 1958. Grandes cipreses y cedros acompañan el monumento.

 

         

 

         

 

Otro espacio de gran interés es el puente de madera sobre el canal al sur del lago. Próximo a él, el Dios del mar, Neptuno, derrama el líquido de su vasija sobre las aguas. A sus pies, la figura alada de un niño. La vegetación del lugar es rica en palmeras fénix y grandes ejemplares de álamos de la Carolina. Eucalyptus robusta de gran porte son sumamente atractivos por su corteza y floración.

 

         

 

Caminando desde ese lugar hacia el Parque Hotel (actual sede administrativa del Mercosur), se pueden apreciar canteros con agapantos de ambos colores, laurel-rosa (Nerium oleander) de muy buen porte y nuevamente palmeras. El viejo restaurante municipal "El Retiro" es actualmente la "Casa de Andalucía".

 

         

 

Es de destacar la presencia de avenidas de tipas (Tipuana tipu) en todo el parque, ejemplares de gran volumen y muy frondosos. Un notable ejemplar aislado se puede apreciar al costado de la llamada fuente de Venus (ver más abajo).

 

         

 

Es notoria la presencia de numerosas especies de eucaliptus, sobre la avenida Gonzalo Ramírez y en canteros al final de la intersección de Avda. Requena García y Rambla. Hay también olmos de gran porte, moreras y cedros. La flora indígena está muy bien representada, existiendo numerosos ejemplares de socará (Mirrhinium atropurpureum), coronillas, ceibos, y también molle ceniciento, blanquillo, arazá, tarumán, higuerón, un importante quebracho flojo (Acanthosyris spinescens) y los ya mencionados timbó e ibirapitá. En el caso de este último, es notable el ejemplar en la intersección de las Avdas. Herrera y Reissig, 21 de Setiembre y Gonzalo Ramírez, próximo al monumento a Venus y a la llamada fuente de Venus.

 

         

 

         

 

Podríamos seguir enumerando atractivos, monumentos y especies vegetales, pero el tiempo y el espacio son tiranos. Esperemos que este pequeño homenaje a aquellos grandes de la generación del 900 y a los notables creadores del Parque Rodó sea por lo menos una modesta contribución al conocimiento de la grandeza del Uruguay de otrora. Unas últimas imágenes serán las de la "Fuente de los atletas", de José Luis Zorrilla de San Martín, y una estupenda Santa Rita (Bougainvillea) como "las de antes", en el Parque Infantil.

 

         

 

Le pedimos prestado, querido lector, un poquito más de su tiempo, invitándolo a rememorar un lejano día de hace casi cien años...

"Atención señoras y señores, pedimos su atención... En este día del año 1912, se inaugura la iluminación del lago y del castillo del Parque Urbano. Como parte de los festejos, el gran equilibrista Maciel atravesará el lago por un cable de 200 metros, y a una altura de 20 metros sobre el espejo de agua. Atención, señoras y señores...."

"Cómo llegar? Tomen el tranvía que pasa por la calle Samayúa, pida al chauffeur que lo baje frente al lago. Camine por los senderos, llegue hasta el agua. Allí encontrará un niño pescando castañetas. Pregúntele dónde es la fiesta, él le señalará el lugar exacto. Conoce el parque como la palma de su mano..."

© Enero de 2008


Generación del 900.

Carlos Reyles: Beba, La Raza de Caín, El Terruño, Academias y otros ensayos, Cuentos Completos, El Embrujo de Sevilla, El Gaucho Florido.
Horacio Quiroga: Los Arrecifes de Coral, El Crimen del Otro, Los Perseguidos, Historia de un Amor Turbio, Cuentos de Amor, de Locura y de Muerte, Cuentos de la Selva, Anaconda, EL Desierto, La Gallina Degollada, y otros cuentos.
Javier de Viana: Las Tormentas, En las Cuchillas, La Azotea de Manduca, Campo, Gurí, Macachines, Gaucha, Ley Seca.
Julio Herrera y Reissig: Pascuas del Tiempo, Las Manzanas de Amarylis, Los Parques Abandonados, Sonetos Vascos, La Torre de las Esfinges.
Eduardo Acevedo Díaz: Ismael, Soledad.
El combate de la tapera,
Nativa, Grito de Gloria. Lanza y Sable.
Mª Eugenia Vaz Ferreira: La Isla de los Cánticos, Los Peregrinos, otros.*
José Enrique Rodó: Ariel, Motivos de Proteo, Liberalismo y Jacobismo, El Mirador de Próspero.
La Vida Nueva, otros.
Delmira Agustini: Cantos de la Mañana, Los Cálices Vacíos, otros.*
Florencio Sánchez: La Isla Desierta, La Gringa, Barranca Abajo, Los Muertos, Nuestros Hijos, M'hijo el dotor ...

Otros integrantes de la generación: Raúl Montero Bustamante, Víctor Pérez Petit, Carlos Vaz Ferreira, Roberto de las Carreras, Angel Falco, Emilio Frugoni, Samuel Blixen. La mayoría de ellos han recibido el merecido homenaje al llevar calles de Montevideo sus nombres o el de sus obras.

* El homenaje a las dos insignes poetisas ocupará nuestro comentario en futuras notas sobre el parque de El Prado de Montevideo, ya que dos de sus principales avenidas llevan sus nombres, no encontrándose referencia a las mismas en el Parque Rodó.


                                                                            

 

    LA DIRECCIÓN DOCENTE Y LA TRAYECTORIA ACADÉMICA MARCAN LA DIFERENCIA.  EN ENSEÑANZA A

               NIVEL PRIVADO DE LA JARDINERIA EN URUGUAY, HACE TIEMPO QUE USTED SABE A QUIEN RECURRIR. USTED TIENE UN CURSO.