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                                                                                                                           AYER ESTUVIMOS

 

                                                                                                      LA ROSALEDA DE LA CIUDAD DE LA COSTA

 

Cuando pensamos en la vegetación de la extendida ciudad del Departamento de Canelones, tenemos presente sus pinares, sus aromos en flor en invierno y primavera, los eucaliptus, los rayitos de sol y las gazanias en jardineras y canteros. Jardines pequeños y amplios, muchos prolijamente cuidados, en un entorno ideal para vivir.

En un balneario de esa privilegiada ciudad se encuentra además un parque de ensueño, una Rosaleda inusual, y es la obra de quien tiene la visión, los conocimientos y la sensibilidad necesarias para lograr una maravilla así: Don Raúl Turcatti.

 

 

Cuando la primavera entra en su segundo mes y el grupo de entusiastas estudiantes ingresa al predio, las expresiones de asombro no cesan. Es muy difícil fijar la vista en un solo sector, porque todos los rincones nos deslumbran. Y Raúl, que se muestra siempre complacido con nuestra visita, explica pacientemente y con mucho entusiasmo las bondades de las decenas de variedades de rosas, todas de un colorido y estado sanitario admirables.

 

 

Las estructuras de hierro, cuidadosamente diseñadas y ubicadas, constituyen el soporte ideal para que los rosales trepadores realicen su gran despliegue. Alturas considerables alcanzan también algunas Clematis que se han adaptado magníficamente a las condiciones del lugar, junto con una trepadora poco común en nuestros jardines, como es la Asarina.

                 

 

Arbustos de muy buen porte como espumillas (Lagerstroemia indica), laurentino (Viburnum tinus) y flor de ángel (Philadelphus coronarius)  se encuentran entre los ejemplares de mayor tamaño.

En un segundo escalón, los canteros están poblados de destacadísimas variedades de rosales híbridos de té, floribundas, polyanthas, multiflora.

 

                        

 

Arbustos más bajos como tala blanco (Duranta erecta), aljaba (Fuchsia hybrida) y herbáceas de muy buen porte, entre otras los sorprendentes Digitalis y Aquilegia, alternando con plantas “bulbosas” como Iris y Dahlia.

                   

 

Y por último, las herbáceas de poca altura que se extienden notablemente y a las que llamamos comúnmente “cubresuelos”, dan una nota de color y evitan la presencia de malezas: Acalypha hispida, con su profusión de flores rojas, Erigeron karsvinkianus con sus tonalidades que pasan del blanco al rosado brindando un hermoso contraste, cultivares de Dianthus deltoides con varios tonos de flor y el clásico “no me olvides” (Myosotis sylvatica).

 

                            

 

Pero el asombro no termina aquí, el parque nos depara otras sorpresas, como la posibilidad inusual de fotografiar a poca distancia una flor de Sterlitzia gigante y contemplar el porte de un abedul negro (Betula nigra) que se ha adaptado magníficamente a las condiciones del lugar, o hacer conocer a los estudiantes una “enamorada del muro” menos común que la que vemos habitualmente: Parthenocissus quinquefolia.

 

                                 

 

Y finalmente, la casa tapizada de trepadoras se integra al jardín de manera que ambos parecen haber nacido al mismo tiempo. La entrada poblada del vigoroso jazmín chileno (Mandevilla suaveolens) para recibir al visitante con su perfume durante los meses de verano, al igual que lo hacen los robustos jazmines del Cabo que se hallan próximos. Magníficas camelias todavía nos muestran algunas flores.

 

             

   

Es que la cordialidad, la sensibilidad y el espíritu superior, que no parecen ser moneda corriente en estos días, en lo de Raúl se entremezclan para lograr su máxima expresión. Y el reflejo de ello es el amor a la naturaleza que aquí se cultiva todos los días y que constituye la razón principal de la existencia de esta magnífica Rosaleda.

 

           

 

Agradecemos, a quien consideramos nuestro amigo, la autorización para difundir esta nota y nos preparamos para volver a admirar esta maravilla con nuestros grupos en el presente año.

 

 ©    2006           www.jardinenuruguay.com


   EN EL VERANO DEL 2010, LA REINA DE LAS FLORES PERDIÓ A UNO DE SUS PRINCIPALES CULTORES EN NUESTRO PAÍS. RAÚL TURCATTI FUE UN EJEMPLO DE AMOR POR LA NATURALEZA Y SU ROSALEDA SERÁ IRREPETIBLE, YA QUE SE PUEDEN REPRODUCIR LAS ESPECIES VEGETALES PERO NO LA SENSIBILIDAD ÚNICA DE QUIEN OCUPA DESDE AHORA UN LUGAR EN EL ESPACIO DESTINADO A LOS ELEGIDOS.                                                                       

                                                                                                                    H.U.