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EL CESPED VERDE EN EL INVIERNO

 

Nuestro clima permite sin lugar a dudas disfrutar del jardín todo el año, razón por la cual  debemos mantenerlo vistoso en las cuatro estaciones. Una recorrida por parques públicos y privados y jardines en cualquier época , permitirá observar árboles, arbustos y plantas de estación en flor, incluso en los meses más fríos. Algunas acacias, los membrillos de jardín, camelias, magnolias japonesas, leptospermos, prímulas, cinerarias y violas, por citar algunos ejemplos, nos ofrecen el colorido de sus flores en pleno invierno.

Y el césped, si bien en muchos casos ocupa la mayor superficie del área verde, no suele ser atendido de manera que complemente los atributos de las especies señaladas.

Con algunas prácticas sencillas que realizaremos durante el otoño, lograremos nuestro  objetivo: el césped verde durante el invierno.

En primer lugar debemos conocer algo de las especies que ocupan nuestros tapices.

Las gramíneas que utilizamos en nuestros jardines son, según su ciclo biológico:

-         de ciclo inverno-primaveral

-         de ciclo primavero-estival 

Las primeras comienzan su ciclo en el otoño, cuando las temperaturas descienden, prosiguen con su crecimiento durante los meses más fríos, y prosperan en forma exhuberante al principio de la primavera. Cuando las temperaturas se vuelven elevadas, detienen su crecimiento, desapareciendo del césped (gramíneas anuales) o entrando en “dormancia” (gramíneas perennes) y dando paso a las especies de ciclo primavero-estival.

De esta forma, tenemos que asegurarnos que esas especies denominadas comúnmente “de clima frío” , resistentes a temperaturas bajas  y heladas, se encuentren en el tapiz para alcanzar nuestro objetivo.

El mes de abril, con sus temperaturas intermedias, es ideal para el aporte de semillas al césped preexistente, las que, con la provisión de humedad adecuada, germinarán rápidamente.

La opción más económica y más rápida en cuanto a resultados, es:

 

Raigrás anual  (Lolium multiflorum)

Es una gramínea anual, que vegeta desde abril hasta octubre, presentando el tapiz un color verde claro, brillante. La semilla germina en pocos días, y la velocidad de crecimiento es alta, requiriendo cortes del césped frecuentes desde mayo a julio y muy frecuentes a partir de agosto. Presenta baja resistencia al pisoteo, sobre todo cuando se utiliza una cantidad grande de semilla y las plantas se hallan en densidad alta.

La semilla es de bajo costo, y se puede adquirir la misma que se utiliza para praderas, por lo general el cultivar “Estanzuela 284” (E284). Se debe recurrir a las grandes semillerías y agropecuarias para obtenerla, o solicitarla con antelación al vivero que frecuenta.

La cantidad es de 4 a 10 Kg. para la “resiembra” de 100 metros cuadrados, según el estado del terreno y si se va a aportar algo de tierra para cubrirla o no.

El césped de raigrás anual se considera de calidad media y por razones de costo es el más adecuado para grandes extensiones. Se debe “resembrar” todos los años.

 

Raigrás perenne  (Lolium perenne)  

Algo más lento que la especie anterior para establecerse, forma un tapiz de mayor calidad, de un verde más oscuro, con resistencia al pisoteo. Cultivares como “Repell II”,”Prizm”, “Applaude” y otros, han sido cultivados con éxito, y hoy su uso es común en campos deportivos, sumados a otros en los últimos años. El costo de la semilla es bastante superior a la de raigrás anual, y se recomienda para jardines de pequeñas dimensiones, cuando se desea obtener un tapiz de buena calidad.

Si bien es perenne en su región de origen, en nuestro país se comporta como anual, debiéndose resembrar todos los años. Actualmente, se están introduciendo nuevos cultivares que exhiben una mejor persistencia durante los meses de verano.

 

Festuca para césped      

( Festuca arundinacea cultivares “Tribute”,“Coyote” y otros)

Utilizada tradicionalmente como una gramínea para praderas, con hoja ancha y tamaño considerable, se han desarrollado cultivares de menor porte para el jardín. Proporciona un tapiz verde oscuro, de hoja algo ancha, muy atractivo, que tolera tanto el frío como el calor, y también algo de sombra, por lo que pueden establecerse céspedes de Festuca como única especie en el jardín. De proporcionarse los cuidados necesarios, se mantendrán verdes todo el año y tendrán una duración considerable.

Es imprescindible tener en cuenta dos medidas de manejo: las Festuca para césped no toleran cortes inferiores a 5 cm. (en verano, mejor 6 o 7 cm.) y en los meses cálidos no puede faltarles agua. Si se toman estas previsiones, se logrará un buen resultado por mucho tiempo.

Se encuentran en plaza semillas de algunos cultivares, las que se siembran a razón de 4 Kg. cada 100 metros cuadrados de terreno muy bien preparado y abonado, o se utilizan cantidades mayores en el caso de resiembras. Su costo es similar al del raigrás perenne.

 

Mezclas de semilla para césped   (Lawn grass)

En el mercado se pueden adquirir mezclas de semillas que se comercializan con diversos nombres, y que en general corresponden a especies de Lolium perenne, Festuca rubra (festuca de hoja fina), Agrostis stolonifera, Poa pratensis y otras. Se utilizan al igual que las especies de raigrás mencionadas anteriormente, formando un césped de buena calidad durante los meses de invierno y principios de primavera, desapareciendo la mayoría de ellas del tapiz en el tiempo cálido. No deben sembrarse en forma convencional, sí pueden utilizarse para resiembra. Al ser algunas de las semillas de la mezcla muy pequeñas, se recomienda efectuar dicha práctica aportando una capa de tierra a fin de favorecer su germinación.

El costo de estas mezclas es algo elevado, pero constituyen una muy buena opción para espacios reducidos.

 

Otras especies

Finalmente, hay que mencionar algunas especies no sembradas que aparecen espontáneamente en espacios verdes: “cebadilla” (Bromus unioloides), Hordeum leporinum y especialmente el “pastito de invierno” (Poa annua) las que contribuyen a que el césped  se mantenga en estado aceptable en invierno en jardines y parques privados no resembrados, parques públicos, canteros de plazas y avenidas. Su presencia se hace notoria a partir de agosto.

 

                                                         Un jardín en pleno invierno:  arbustos en flor y el césped verde sin excusas.                                                 

Cuando llega la primavera, mantener el césped verde se vuelve tarea algo más sencilla, pero ese será el tema de un próximo artículo.

 

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