Cursos

 

    REY DE ROSAS       

 

    VIVERO MONTE ROJO DE OCTAVIO SCIANDRO

 

                                                                                                                           

Siempre que nos encontramos con Octavio Sciandro, le prometimos una visita, y luego de varios años, la misma finalmente se concretó. Es que las agendas en tiempos de primavera son tan apretadas, que es difícil abarcar todo. Después del largo y aburrido invierno, la naturaleza despierta de tal forma que no alcanzan los ojos para ver toda la explosión primaveral, todos los cambios que ocurren día a día. Por otro lado, están las exposiciones, los calendarios para la visita a jardines destacados, espacios verdes públicos sobresalientes, y todavía hay que seguir con los temas del curso, para cumplir estrictamente con el Programa.

 

Tal vez por esos motivos recién pudimos concurrir a fines de noviembre y principios de diciembre, acompañados de un grupo de muy entusiastas estudiantes que nos hicieron prolongar un poco más de la cuenta el período tradicional de cursos. Tal vez las rosas no estaban en el esplendor de octubre y principios de noviembre, pero de cualquier manera valió la pena, porque el vivero produce además árboles y arbustos en general, herbáceas de estación y perennes, frutales, etc.

 

 

                

 

 

El parque del vivero, cultivado otrora por la abuela de Octavio, tiene árboles de más de ochenta años, y durante todo el tiempo se han incorporado ejemplares, de forma de lograr que se mantenga atractivo durante las cuatro estaciones. Es así que se puede observar que está muy bien pensado cómo lucirá el parque en el otoño, habiéndose incorporado robles de los pantanos, ciprés calvo, fresnos de ramas áureas, etc. 

 

 

                                                             

 

 

                                                                                                                                             

 

Construcciones antiguas se han mantenido muy bien conservadas, agregándose otras que han reforzado el atractivo del lugar.                                                     

                                                                    

                        

                                                                         

Octavio recomienda para los rosales de seis a ocho horas de sol, un buen suelo enriquecido con materia orgánica, y mucho alimento y agua cuando los necesitan.

 

 

                                        

         

 

Las rosas modernas predilectas del viverista son las de paisaje de Meilland: Bonica, Concerto, Marie Curie, Pearl La Sevillana, etc. Dentro de las antiguas, Cardinal Richelieu, Old Blush. Y también prefiere Rosa Mutabilis y Palmengarten Frankfurt (en la actualidad también Centenario de Punta del Este). Y la lista continúa, ya que Octavio es uno de los principales especialistas en nuestro país. A su decir, le gustan todas, no hay una preferida sino muchas.

 

 

                                     

 

                            

 

En todo el recorrido es posible encontrar sorpresas, como una planta muy protegida de los fríos de Stephanotis floribunda, un jazmín exótico, o un olmo poco cultivado, inusual, con sus hojas salpicadas de blanco.

 

      

 

El buen gusto está presente en todo, basta ver la cerámica que indica la entrada de la oficina. Y cuando se trata de personalidades con marcada espiritualidad, se debe esperar por ejemplo encontrar un altar dedicado a Saint Fiacre, el patrono de los jardineros. Mucho tiempo atrás, en una zona muy pobre de Francia, no había bueyes ni caballos para tirar del arado. A un gesto del santo, el arado respondió, comenzando a realizar por sí solo el trabajo de la tierra. Milagro? Leyendas? El maravilloso mundo de las plantas ya tiene de por sí mucho de mágico, y aquí no hay cabida para los escépticos. 

       

         

 

                 

Con 30 años de actividad, estudios en Argentina y aprendizaje en establecimientos que marcaron fuerte la zona, como el Vivero Otto, el destacado horticultor  recuerda la influencia de su abuela en su actual actividad y el cariño hacia las plantas. Doña Alcira plantaba un árbol cada vez que nacía un nuevo hijo. Octavio afirma que los rosales lo comunican con ella... Las ánimas que sobrevuelan la privilegiada zona del Abra de Perdomo aportarán sin duda la energía necesaria para que eso efectivamente ocurra.

 

 

                    

 

 

Así es Octavio, generoso, algo tímido en apariencia, pero sin duda gran conocedor y apasionado por lo que hace. Pilar fundamental en el desarrollo de la horticultura ornamental en Maldonado y Punta del Este, presente en todas las exposiciones y eventos a lo largo y a lo ancho del país, jurado en concursos, miembro de la tradicional Asociación Uruguaya de la Rosa. Y una de esas personas a las que la creación dotó de esa sensibilidad que distingue a los elegidos...

 

 

 

       

 

 

                    

 

 

 

                                                                                                     FICHA.

 

 

                    

 

 

       ©     DICIEMBRE DE 2012.            


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